Esta vez el post no está relacionado con lana, pero si con manualidades y costura.
Tenía unas sillas de mimbre en la cocina que les quería dar otro aspecto, ya que hace unos años que las tengo y estaba un poco cansada de verlas del mismo color, así que decidí pintarlas de blanco, con pintura de bote en spray. No estaba muy segura de que quedaran bien, pero la verdad, es que el resultado me ha sorprendido, han quedado fantásticas.
Después de pintarlas pensé que debía ponerles un cojín para no desgastar tanto la pintura en la zona del asiento, así que compré una tela en Ikea con tonos grises, negros y blancos, acorde con los colores que tengo en la cocina y me puse a coser. He hecho unas fundas sin cremallera, aprovechando unos rellenos que tenía de cojín con la medida ideal para la silla.
Es una buena idea para cambiar el aspecto de sillas y cojines que igual ya no te gustan mucho o simplemente te has cansado de verlos siempre igual.
Espero que os guste y que os vaya bien esta idea.